[Entrevista] Rap, jazz y tango: la metamorfosis musical de Sofía Gabanna

 
 

La reconocida artista española-argentina, rapera, bailarina y cantautora Sofía Gabanna, llegará a Santiago para ofrecer un concierto exclusivo en la Sala Metrónomo el próximo 5 de diciembre. En la previa de su show, Súbela conversó con ella.

Nacida en Argentina y actualmente radicada en Barcelona, Sofía Gabanna ha construido una identidad musical única que se mueve con naturalidad entre el hip-hop, el jazz, el R&B y los ritmos latinos. Creció rodeada de un universo sonoro diverso —desde la música clásica, el rock argentino y el blues, hasta el rap y el trap— que, sumado a influencias como Amy Winehouse, Lauryn Hill, Whitney Houston, Nas, 2Pac y Fito Páez, moldeó una voz artística profundamente libre, consciente y visceral.

Su carrera despegó en 2018 con “Fui Silencio”, un debut marcado por la introspección y la búsqueda personal, y terminó de consolidarse con el EP “Maté el amor” (2019), una obra íntima sobre el desamor y la autodefinición que la llevó a resonar internacionalmente. En 2024, su primer álbum, “Sideral”, reafirmó su lugar dentro del panorama urbano global: un viaje creativo que combina sonoridades modernas con mensajes de reflexión, identidad, salud mental y reivindicación social, posicionándola como una de las artistas más prometedoras de su generación.

Vas a estar próximamente en Chile el 5 de diciembre en Sala Metrónomo. ¿Qué significa para ti volver tras ese Lolla 2023.

Estoy muy feliz de regresar. Desde la primera vez que estuve por allá, siempre me han recibido muy bien y le tengo mucho cariño a Chile. Ya giré bastante con el disco “Sideral”, pero pues a Chile no pude llegar hasta ahora, así que será un estreno.

Ha pasado un tiempo desde que sacaste “Sideral”. ¿Qué ha significado para ti este disco debut?

Siempre me permito ser muy libre a la hora de crear, pero en Sideral jugué con otros sonidos que me identifican un montón. Yo escucho mucha música, no solo rap, entonces constantemente me estoy nutriendo de géneros diferentes. Y en este caso pude jugar un poquito más con pinceladas de R & B, incluso un poco de rock, en “Dangerous” y “Sideral”. Ninguna es puramente rock o R & B pero sí hay puramente rap. Es con lo que empecé y es donde siempre vuelvo.

También me permití escribir menos, porque es algo más complicado para mí, porque yo soy como una fuente de palabras. Y cuando me pongo a escribir, me vienen muchas cosas a la cabeza. Las veces que lo he cantado este último año ha sido maravilloso y conecto mucho con el público. A veces hago canciones para escuchar y otras para el vivo, entonces en este disco hay canciones que por ahí en el vivo no suenan. 

¿Qué cosas has escuchado este año y cómo descubres música nueva? 

Bueno, por suerte desde chiquitita en casa mi mamá y mi papá han escuchado mucha música. Toda la escuela de Whitney Houston, Adele, Thalía, Mariah Carey la tengo de mi mamá. Y de mi papá, más géneros como el rock, el tango, el blues. 

Escucho mucho jazz, mucho tango, mucha salsa, mucho rap, incluso bossa nova. Todo el rato tengo la rumia de música en mi casa. Haga lo que haga, hay música. Y eso para mí es muy importante porque luego a la hora de componer, tengo un abanico muy grande con el que combinar sonidos.

Hablemos de las espectaculares Live Jazz Sessions. ¿Cómo nació la idea de estas sesiones y cómo fue para arrojarte a esto de escribir un tango, de interpretarlo con tanta pasión y de poder mezclarlo con el rap?

El grupo Jazzmind me ofreció hacer una sesión, ya habían hecho una con un rapero, y luego me ofrecieron a mí. Dije que sí porque todo lo que sea música me apasiona. Primero hicimos unas reversiones de temas ya existentes y fue muy bien recibido por el público y dijimos: “¿por qué no hacemos una segunda?”. Ahí hicimos un tema reversionado del disco “Sideral” y luego dos temas que hice a principio de este año,  en enero y febrero que estuve muy desconectada.

¿Por algo en particular te desconectaste?

Fue una desconexión que tenía que hacer para reiniciarme, estuve muy desconectada, me fui a la montaña y ahí hice muchas canciones. Por ejemplo, el tango me salió sin base y pensé: “Pues esto no lo voy a cantar nunca. ¿Cómo voy a sacar esto si a mí me tienen como una rapera?”. Y pensaba un montón de cosas.

Justo planeando el segundo Live Jazz Sessions lo compartí con los músicos y les dije, “che, tengo esto”. Y fue como: “sí, lo intentamos”. Ellos tampoco es que estén muy relacionados con lo que es el tango, lo que más saben es jazz. Pero a pesar de eso, por encima de todo son músicos. Gracias a este primer tango que hice, obvio no va a ser el último, me sentí muy cómoda y también me conecta mucho con mi papá, porque es del que más mamé el tango. Y también con mi mamá, porque le encanta.

¿Cómo te conecta eso también con Argentina? Que es cierto, es la patria, pero también es un lugar donde viviste muy poquito. 

Claro, crecí en España, pero mi casa, digo que es Argentina para mí. Porque es comida, música, acento, estoy todo el rato conectada con la tierra donde nací. Es cierto que el tango me hace sentir muy bien, también haber abierto esta puerta me conecta directamente con Argentina. Ya te digo, no creo que sea el último. Igual, hasta un día me marco un EP de tangos. Estoy muy contenta de haber abierto esa puerta, sí. 

¿Cómo es para tus papás tener a dos hijas que están en la música? ¿Cómo se lleva al interior de la familia esta pasión por la música que inicialmente era darle una importancia súper grande en la casa, pero que ahora se traspasó al hacer música, al hacer discos, a irse de gira? 

Ellos, orgullo, sobre todo orgullo. Mi mamá es una mujer muy creativa, desde chiquitas nos ha llenado de color, música y arte la vida. No ha sido casualidad que al crecer nos hayamos encantado por la música. Yo bailé los mismos años de ballet que mi mamá. Mi mamá hizo 10 años de ballet y yo hice 10 años de ballet. Mi papá también es una persona muy sensible que conecta mucho con la música y con la guitarra, en sus tiempos. Ellos felices, lo disfrutan un montón, me van a ver a los shows. Si tengo un tema nuevo ya terminado, se los enseño. O sea, hay mucha complicidad. 

¿Cómo viene tu próximo EP y disco? ¿Hay algo de las sesiones de jazz que hayan inspirado estos procesos? 

Las sesiones de jazz son algo totalmente paralelo a todo lo que vaya a salir a partir de este momento. Que es algo que también me gusta porque son como dos caminos. Decidí hacer un EP antes porque este año no saqué mucha música. Me di una pausa muy grande pero también he estado componiendo un montón. He estado creando, muy conectada con el proyecto. El EP que va a salir antes del disco es puro rap. Es cortito y muy rapero, lo hice con un productor de Asturias, muy old school. Y el disco está en un 60%, quiero pulirlo bien, terminarlo todo como lo tengo en la cabeza. Tendrá muchas más pinceladas de todo lo que estamos hablando, de la música que escucho. Este disco también marca mucho mi edad. Que a pesar de ser joven, bueno, uno sigue creciendo y van cambiando cosas. Te cambia la voz y eso me gusta mucho a la hora de un disco porque se nota. Yo en mi caso lo noto mucho. Entonces lo voy a disfrutar mucho cuando salga. 

¿Lo notas en tu voz? 

En mi voz lo noto muchísimo. Justo antes me preguntaban de mis primeros temas y yo digo, les tengo muchísimo amor a mis primeros temas. “No hay rencor”, “Fui Silencio”, “Twister”. Hasta el día de hoy sigo siendo muy visceral, pero entonces ya lo era. Las canciones las sigo cantando, las cambio a veces porque depende si voy con músicos, con guitarra, pero lo que más noto es que mi voz ya no es la misma. Entonces, claro, en los vivos no suena la voz de la canción. Es mi voz pero distinta. Y eso igual las hace como novedosas, muchas veces. Dejan de ser tan viejas. Uno las transforma, las cambia, le hace arreglos. Entonces no me aburro nunca.

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