Se está acabando el mundo, ¿qué haremos con los libros, con la lectura?

A raíz del calentamiento global y la conversación sobre la urgencia de vivir de manera sustentable, Claudia Apablaza, escritora y fundadora de la editorial Los Libros de la mujer rota, escribió esta columna sobre el uso del papel y su relación con la deforestación de hoy.

Ilustración por Neil Fernando.

Ilustración por Neil Fernando.

Algunos países se aprontan a colonizar la Antártica, la ONU lanza un comunicado que asegura que comer carne afecta negativamente al planeta y al aumento de los niveles del calentamiento global, están apareciendo novelas y libros distópicos que buscan poner en evidencia el cambio climático y los desastres naturales, si no detenemos la deforestación se liberarán más de 50.000 millones de toneladas de carbono a la atmósfera de aquí a 50 años, deforestación que en parte es usada para generar papel, periódicos, libros; de lunes a viernes se está hablando en las radios nacionales acerca del plástico y sus perjuicios para con el medio ambiente, mi cuñada llora por los mares contaminados y los delfines y las ballenas, mi suegra la acompaña en su llanto; si pones en un buscador la palabra basura cósmica y le das a imágenes quedarás impactado por el anillo que rodea hoy al planeta, si pones en el mismo buscador la palabra “continente de plástico”, “isla de basura” o “isla tóxica”, verás que en el Pacífico norte hay un séptimo continente de esta tierra construido de desechos y basura, un continente que es del tamaño de Uruguay o incluso de Argentina; una profesora de la facultad llama en su Facebook a poner una botella con agua en el inodoro, para que la descarga de agua se menor; sacaron de circulación las bolsas plásticas, hoy me llega una cadena llamada “por un libro de agua” donde cada chileno debe ahorrar un litro de agua diaria, que multiplicada por 30 días y por doce meses serían 6.120.000.000 litros de agua que ahorraríamos al año; en Argentina un grupo de autores a los que les picarán sus libros se organiza cada año en una feria llamada “Feria de autor” donde venden esos libros que les iban a picar, mi familia habla de comprarse un terreno en el sur y fundar una comunidad autosustentable; mi padre me encarga el libro de 2050, el libro que pronostica el fin de la humanidad a partir del año 2050; en los supermercados ya no dan bolsas, desaparecen algunos oficios, yo me baño sólo durante 30 segundos, dicen que las costas también van a desaparecer de aquí a 10 años, algunos editores ya comenzaron a usar el papel reciclado, hay casi 30 grados en agosto, algunos autores se vanaglorian de la cantidad de ejemplares que venden, hace más de 365 que realmente no llueve, en la universidad nos recomiendan no comprar más ropa nueva, reciclar hasta los zapatos; “no quiero tener hijos” escucho en el metro, no quiero tener hijos porque no sabemos qué va a pasar mañana en el planeta, mis compañeros de inglés andan con un tazón sacando agua de los baños para no comprarse más botellas, una profesora del doctorado me dice que no puedo enviar el trabajo impreso, cambié el pasto natural por pasto sintético, apenas me atrevo a comer palta, lavo menos mi ropa, le paso una escobilla húmeda si tiene una mancha, algunos lavan su ropa cuando se duchan, a veces estoy a oscuras en casa, ando apagando las luces detrás de los que las encienden, leo sólo hasta cierta hora, trato de no leer de noche, ocupo al máximo la luz natural, entro al baño a oscuras, leo casi a oscuras, me ducho con la luz apagada, a veces incluso juntamos dos idas al baño antes de tirar la cadena, compré servilletas de género, me lavo los dientes con un vaso de agua, descargo libros y los leo en el computador, me baño día por medio, me cuestiono si regar o no las plantas de mi patio, si usar los mismos calcetines una semana o si darle carne a mi hija de tres años. Se acaba el mundo, se está acabando, ¿qué haremos entonces con los libros impresos? ¿Qué haremos con esos tirajes con los que soñamos editores y escritores, con las ferias de libros, con los libros muriendo en las repisas? ¿Qué haremos con ese tipo de lectura?